domingo, 17 de abril de 2016

Henrik Dam de Copenhague

Si tenéis cierta edad y os hablo del profesor Henrik Dam de Copenhague quizá te vengan a la cabeza los grandes inventos de TBO.


Pero no, ese era el profesor Franz de Copenhague, y del que yo quiero hablaros es de Carl Peter Henrik Dam de Copenhague, más o menos de la misma época pero más real ... aunque no lo parezca, por que...


¿Se puede ganar un premio Nobel por alimentar pollos con una dieta sin grasa y ver que ocurre?

Bueno, vale. Esta es una forma ridícula y simplista de ver una investigación científica, pero básicamente, eso fue lo que hizo.

En realidad estaba intentando averiguar la función del colesterol, privando a los pollos de su ingesta.
¿El resultado? Truculento: los pollos privados de grasa sufrían hemorragias subcutáneas espontáneas.

Es decir, sufrían problemas de coagulación, y durante los ensayos se demostró que los elementos principales que intervienen (fibrinógeno, calcio y plaquetas) no estaban afectados. Los pollos alimentados sin grasa, pero complementados con colesterol seguían sufriendo hemorragias, así que la falta de colesterol no era la causa. ¿Cuál sería?

¿Qué relación tiene la grasa con la coagulación de la sangre?

Ahí está realmente el mérito del trabajo de Henrik Dam. Como en tantas investigaciones, lo que se buscaba en principio quedó abandonado para profundizar en los nuevos datos. ¿Qué sustancia dentro de las grasas interviene en la coagulación de la sangre?
Por descubrir dicha sustancia y su función Henrik Dam recibió el premio Nobel en 1943.

Te presento a la sustancia química en cuestión. ¿La reconoces?

Una pista: es un isoprenoide.

Otra pista: es una vitamina liposoluble.


La respuesta es, efectivamente, la Vitamina K (si has acertado, minipunto para ti).
Si te fijas bien, se parece bastante a la vitamina E y ligeramente a la vitamina A (que seguro que te suena).

¿Para que vale la vitamina K?

Si has estado atento, ya tendrás en la cabeza que algo tendrá que ver con la coagulación de la sangre.
Mirando más en profundidad vemos que, como todas las vitaminas, se une a
determinadas proteínas actuando como "coenzima", y de la unión de la proteína y el coenzima surge una enzima activa y útil. Por separado, ninguno de los componentes puede funcionar.

La vitamina K se une en concreto a diferentes proteínas formando, entre otras, las siguientes enzimas activas:
  • la protrombina
  • la osteocalcina
Las dos intervienen de alguna manera en la fijación del calcio. La segunda, para su fijación en los huesos, y la primera, para desencadenar la coagulación de la sangre.

Que no falten (ni sobren) vitaminas

Por poco que sepas sobre vitaminas, sabrás que no pueden faltar en la dieta sin tener consecuencias negativas, a veces terribles. Seguro que te sonará de algo el escorbuto o el beri-beri.
La vitamina K, como ves, no es una excepción. Así que habrá que tomar alimentos ricos en esta vitamina, principalmente las verduras de hoja color verde (mayor cantidad cuanto más oscura): col, espinaca, hoja de remolacha, alcachofa ...

Sin embargo, es raro que suframos una falta de vitamina K y las hemorragias correspondientes, de ahí que se tardase tanto en descubrir esta vitamina (una de las últimas). ¿Por qué?

Simbiosis bacteria-humano

Resulta que la Escherichia coli, esa simpática bacteria que habita nuestro intestino, sintetiza vitamina K para nosotros, alimentándose de parte de los restos de nuestro alimento, que de cualquier forma terminaríamos eliminando igualmente. Todos salimos ganando.



No hay comentarios: