miércoles, 12 de diciembre de 2012

Tengo herpes zóster.

Herpes, en griego, significa "reptar" y zoster, "cinturón". Externamente es una erupción cutanea que suele formar una cinta en un lateral del cuerpo (en mi caso desde la ceja izquierda a la parte izquierda de mi nuca), y que seguramente conocereis como "la culebrilla".

Pero detrás de esta enfermedad hay mucho más. El herpes zóster está provocado por el virus llamado Virus Varicela-Zóster, que como ya habreis imaginado, también produce la varicela. Os dejo una imagen de la criaturita en cuestión: un fragmento de ADN dentro de una diminuta cápsula icosaédrica de proteinas y envuelto por un trozo de membrana celular de su última victma.
(Un icosaedro es una figura geométrica de 20 caras)

Pues bien, esta pequeña criaturita, no puede decirse que sea un ser vivo ya que no está formado por células, entró en mi cuerpo cuando yo tenía unos 10 u 11 años. Pasé la varicela con el cuerpo lleno de "granitos", fiebre y horrorosos picores, como todo el mundo.
Todo esto ocurría por que el virus en cuestión invadía una célula de piel, liberaba en el interior su ADN y se hacía con el contol. A partir de ese momento esa célula estaba condenada: en su núcleo ya no se leian las instrucciones de mi propio ADN, si no el del virus, que ordenabar crear más y más virus. Cuando la producción de virus había agotado los recursos de la célula, todos estos cientos de nuevos virus la abandonaban, llevandose consigo un fragmento de membrana plasmática cada uno de ellos, dejando a la célula moribunda. Esto se llama "ciclo lítico" de un virus
Ahora, cada uno de los nuevos virus podría infectar una célula vecina, agrandando así el "granito", viajar por la sangre un poco más allá e infectar una zona nueva de la piel (un nuevo "granito") o, con suerte (para el virus), pasar a la piel de algún despistado que me tocase en aquellos momentos y extender así la infección a otro cuerpo...

 Por supuesto, mis defensas, jovenes y vigorosas, no iban a dejar que todo esto ocurriera sin hacer nada. Los glóbulos blancos macrófagos patrullaban mi piel devorando cuantos virus podían encontrar, los linfocitos (otro tipo de globulos blancos) Natural Killer (NK para los amigos) eliminaban tantas células infectadas como podían, y otros tipos de linfocitos se afanaban por encontrar la forma de fabricar un anticuerpo que bloquease a los virus.
Esto último fue la clave del éxito (como lo es siempre para las defensas). Tardaron una semana en poder fabricar el anticuerpo en cuestión y desde ese momento inundaron mi sangre y mi piel con el. Los virus tenián muy dificil ahora infectar nuevas células por que se veian bloqueados. Yo empezaba a mejorar.

Pero los virus Varicela-Zóster guardan un as en la manga. Ante la nueva situación, cambiaron de estrategia. Desplazaron la infección de la piel a los nervios sensitivos (los que informan del sentido del tacto). Bastaba con que alguno lograse infectar unas pocas neuronas de estos nervios. En mi caso, por lo que se ve, lograron infectar alguna neurona del nervio trigémino izquierdo, el que informa del tacto de la parte izquierda de la cabeza. Una vez en esas neuronas, se ocultaron. El ADN del virus estró en el núcleo de las neuronas, y en lugar de hacerse con el control, se integró entre mi propio ADN, como si hubiera sido parte de mi ADN desde siempre ... en espera del momento oportuno para reactivarse. Esto se llama "ciclo lisogénico" de un virus.

Y ahí han estado, en mi nervio trigémino izquierdo, durante aproximadamente 30 años....
... hasta que, aprovechando una bajada en mis defensas, han despertado. De nuevo se ha activado el "ciclo lítico". Aprovechando los nervios como autopistas, han vuelto a viajar hacia la piel y a reproducir lo que ya ocurrió hace 30 años, salvo que dañando las neuronas de nervio en el proceso (con lo extremadamente doloroso que es eso), y afectando solo a un fragmento pequeño de piel, aquel que está al alcance del nervio trigémino.

En una semana mis defensas darán con la forma de eliminarlos, como ya lo hiceron en su momento. Espero que mientras tanto no llegue a contagiar a nadie, para lo que debo asegurarme que nadie que no haya pasado la varicela me toque en estos días.

Y después, a esperar que no vuelvan a despertar en los próximos 30 años...

domingo, 30 de septiembre de 2012

El músculo horripilador: una prueba de la evolución.

¿Para que sirve que se te erice el vello cuando hace frío? Absolutamente para nada.

Si fueras un animal de pelo espeso (un perro, un gato, un oso ..) al erizar el pelo crearías una capa gruesa de aire encerrada entre tu capa de pelo que te aislaría del exterior, impediría que tu calor corporal escapase, es decir te abrigaría. Exactamente como funciona un abrigo o una colcha de plumas.

Tu que me lees, como yo, eres un animal tropical. Tus orígenes están en las sabanas africanas. Tus primeros ancestros nunca se enfrentaron al frío (como mucho, un poco de relente por la noche). No necesitaban el pelo corporal.

Entonces ¿para que erizamos nuestro ridículo vello cuando hace frío? (y digo ridículo frente a la eficacia para abrigar del pelo del oso, o incluso del plumón del minúsculo gorrión, que aguanta el frío del invierno sin calefacción ni bufanda).

Pues bien, erizamos el vello por que conservamos un pequeñísimo músculo junto a cada pelo encargado de erizarlo, aunque esto ya no sirva para nada. Se llama "músculo horripilador", y los tenemos por miles (uno por pelo).
¿Y por qué conservamos esos músculos para realizar una función inútil, pero que en nuestros primos peludos si son útiles? Solo existe una explicación posible:

Nuestros antecesores aún más antiguos que aquellos sin pelo de África si que tenían pelo abundante por el cuerpo, como los chimpancés. En algún momento hace unos pocos millones de años, un grupo de esos antecesores peludos comenzó, generación tras generación, a ser menos y menos velludos. Como en aquel clima el pelo no servía para abrigarse, puesto que no hacía frío, no había ningún problema. El resultado somos nosotros. A esto le llamamos evolución biológica.
Pero la evolución, que es caprichosa y actúa al azar, dejo en su sitio al músculo horripilador, aunque nadie lo echaría realmente en falta.
(Posiblemente pueda haber otras explicaciones mejores, más elaboradas, mejor explicadas ... pero todas tienen que recurrir a la EVOLUCIÓN. Reto a cualquiera a que de una explicación mejor que la mía sin mencionar la evolución biológica).

 Este tipo de órganos, como el músculo horripilador, que la evolución ha dejado como un "residuo" inútil se les llama órganos vestigiales, y son una prueba de que la evolución biológica es un hecho indiscutible.
Portamos en nuestros propios cuerpos un puñado de estos órganos vestigiales: el apéndice, el coxis, ....