martes, 20 de junio de 2017

El Carbonífero

Este interesante período geológico perteneciente a la Era Primaria o Paleozoico se desarrolló entre 360 y 286 millones de años antes de nuestros días. El término Carbonífero es de origen inglés y hace referencia a los abundantes depósitos de carbón de hulla que se originaron a lo largo de dicho período geológico.

Acontecimientos geológicos y climáticos

A lo largo del Carbonífero, la vida marina experimentó un fuerte declive a consecuencia de las fluctuaciones del nivel de las aguas. Extensas masas
de hielo localizadas en el polo Sur ampliaron sus dominios, al transformarse el agua en hielo. Debido a ello, el nivel de los mares descendió notablemente, lo cual provocó la extinción de gran parte de la fauna que habitaba en las someras aguas costeras. Estos fenómenos se invirtieron cuando las glaciaciones cesaron y el agua liberada provocó un nuevo calentamiento y el consiguiente aumento del nivel de los mares.

Nuevas zonas costeras quedaron inundadas, y se formaron marismas y lagunas a lo largo de las mismas. Estas fluctuaciones trajeron consigo la formación de series sedimentarias con intercalaciones de arenas, gravas, limos y capas de carbón, indicativas de ciclos periódicos de inundación y retroceso marino bajo un clima de tipo tropical.

La constante erosión de las zonas emergidas y sus montañas dio lugar a la creación de amplias zonas costeras pantanosas y deltaicas, que favorecieron el desarrollo de grandes bosques integrados por equisetos, helechos arborescentes y licopodios. La acumulación de aquellos restos vegetales en un ambiente rico en oxígeno y con escasos agentes naturales que ocasionaran la destrucción de la materia orgánica, posibilitó la creación de los abundantes depósitos de carbón que hoy en día yacen en distintos lugares de nuestro planeta.

A finales del período pensilvanienese, África colisionó con el este de Norte América
dando origen a la formación de los montes Apalaches. Grandes extensiones de carbón se extendieron por las tierras bajas situadas al oeste de las jóvenes montañas.
Al final del período Carbonífero, los continentes de la Tierra se movían para formar un único supercontinente denominado Pangea

Flora

La abundancia de plantas existentes a lo largo del período Carbonífero y la acumulación de sus restos fosilizados, en forma de carbón y rocas repletas de sus improntas, dieron lugar a la denominación de dicho período. En ningún otro intervalo geológico se tiene constancia de la existencia de una enorme biomasa, formada por restos de troncos y plantas enterradas, en zonas bajas y pantanosas. La
óptima conservación de estos restos se debe a la celulosa y a la lignina que forma parte de los restos carbonosos. La escasez de bacterias, hongos, o animales
vegetarianos que acabaran con la materia viva es otra de las claves de su óptima conservación hasta nuestros días.

Carbonífero inferior:

Pertenecen a restos palustres, leñosos y algunas hojas pertenecientes a primitivos helechos y equisetos que poblaron las primeras tierras emergidas de nuestro entorno, durante el Namuriense (hace 320 millones de años). Proceden del Macizo Paleozoico de Quinto Real (Navarra).

Carbonífero superior:

A lo largo del Carbonífero superior, diversas clases de plantas alcanzaron un gran éxito evolutivo.

  • Lycopsida (licopodios) Los géneros más importantes fueron Lepidodendron, 
  • Lepidophloios y Sigillaria. Se trata de grandes formas adaptadas a la vida en zonas pantanosas.
  • Lepidodendron fue el género con más éxito y algunas de sus especies llegaron a alcanzar los 40 metros de altura.
  • Sphenopsida (equisetos) Similares a las actuales “cola de caballo”, habitaron lugares húmedos y están representadas por especies que llegaron a alcanzar dos metros de altura.
  • Pteropsida (helechos) Su origen se remonta a los 370 millones de años. Durante el Carbonífero, constituyeron uno de los grupos más importantes en los ambientes húmedos y en las zonas bajas. Se reproducían a través de isósporas. 
  • Pteridospermopsida (helechos con semillas) Las tierras bajas eran muy tupidas y estaban cubiertas por una gran variedad de helechos y helechos con semillas. Existían grandes formas de helechos arborescentes y también poblaron tierras más elevadas de la llanura aluvial. 
  • Progymnospermopsida Tienen su origen en el período Devónico. Esta clase está representada por árboles de estructura leñosa y mucha madera, al estilo de las coníferas. Presentan una heterosporia, condición necesaria para el desarrollo de las gimnospermas. 
  • Cordaitales Conformaron un grupo de árboles robustos, de estructura leñosa y alturas de hasta 30 metros. Están relacionados con las gimnospermas y formaron grandes bosques parecidos a los actuales. 
Las floras características del Carbonífero continuaron su dominio y extensión hasta el periodo Pérmico para declinar finalmente debido, fundamentalmente, a nuevos cambios climáticos, paleogeográficos y evolutivos hacia nuevas formas vegetales.

Fauna: 

 El crecimiento de estos bosques eliminó grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera, produciendo un sobrante de oxígeno. Los niveles de oxígeno atmosférico subieron hasta un 35%, mientras que en la actualidad disponemos de un 21%. Esta abundancia de oxígeno es adecuada a un incremento exponencial del tamaño de las plantas vasculares.

También explicaría la aparición de gigantescas criaturas reptantes, pues el tamaño que alcanzaron los insectos y otros seres similares se considera limitado por la cantidad de aire que eran capaces de respirar. Centípedos mortalmente venenosos de dos metros de longitud se arrastraban en compañía de cucarachas colosales y escorpiones de hasta un metro de largo. La más impresionantes de todas eran las libélulas del tamaño de una gaviota un fósil minuciosamente detallado de una libélula que murió hace 320 millones.
Todavía sigue siendo un misterio como estos insectos pudieron volar. Una teoría sugiere que las alas se habrían desarrollado de estructuras utilizadas para regular la temperatura o quizá fueron la evolución de señales de brillantes colores empleadas para atraer a sus congéneres y protegerse de sus rivales. Otra idea apunta a que las alas de los insectos se desarrollaron a partir de apéndices utilizados para deslizarse de un árbol a otro por los bosques del Carbonífero.

En este período también crecían anfibios en tamaños y diversidad. Eran especies
depredadoras parecidas a los cocodrilos de la actualidad. Armados con peligrosas dentaduras, podían medir cerca de seis metros de longitud. Algunos anfibios desarrollaron una piel más dura y escamosa que les permitía aguantar más tiempo fuera del agua sin resecarse demasiado. También redujeron su dependencia de hábitats pantanosos mediante una adaptación crucial en la historia de la evolución conocida como el huevo amniótico. Este huevo protegía al embrión dentro de una membrana que retenía los fluidos al tiempo que permitía la entrada de aire. A su debido tiempo, los primeros reptiles hicieron su aparición. Identificados de restos encontrados en el interior de tocones de árboles del Carbonífero fosilizados, se trataba de animales pequeños y ágiles parecidos a lagartos.

Yacimientos:

Carbonífero es un acontecimiento a finales de la época del paleozoica, que su nombre proviene de enormes depósitos de carbón subterráneos creados a partir de la vegetación prehistórica. Se encuentran en partes de Europa, América del norte y Asia.

Las reservas mundiales de carbón son enormes. La cantidad de carbón recuperado desde un punto de vista técnico y económico, proporcionaría cinco veces más energía que las reservas del petróleo crudo.
La abundancia de terrenos primarios, del periodo Carbonífero, en España convierte a este país en el primer productor de carbón de toda la cuenca del Mediterráneo. Los mineros de España ya estaban activos desde la Guerra Civil Española en el lado Republicano.
Una de las zonas que más se extrajeron fue el Aragón (provincia de Teruel), en la central de Asturias se encuentra una cuenca española, en león, las cortas de Palencia, también se encontraron por ciudad real, en Asturias tiene minas a cielo abierto de carbón y en Hunosa donde se comenzó en 1977 a explotar las minas a cielo abierto, La Matona y La Mozquita era las principales explotaciones en las que se llegaron a extraer 821.000 toneladas de carbón anuales.



Patricia Carmona
José Reyes

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