Polidactilia

El pasado jueves, mientras comíamos unos bocadillos en la terraza de un bar en la zona de Sanabria, se nos acercó un mastín a husmear y conseguir algo de comer.

Observe una cosa curiosa: contaba con 6 dedos en las patas traseras, 4 dedos de apoyo (como todos los perros) y dos espolones, en lugar de uno.
Indagando, resulta que es una característica de todos los mastines y los dogos o grandes daneses.

Polidactilia en humanos 

En humanos aparece en ocasiones un dedo adicional en manos y/o pies. Ese dedo generalmente es un pequeño pedazo de tejido fino y suave. A veces contiene hueso sin articulaciones; ocasionalmente el dedo se encuentra completo y funcional. El dedo extra suele ubicarse tras el meñique de la mano o del pie, menos frecuentemente del lado del pulgar e inusualmente intercalado entre otros dedos. Suele ser una bifurcación de un dedo normal, y rara vez nace de la muñeca como los demás dedos.

Es una anomalía más frecuente de lo que se piensa, apareciendo en una de cada 500 personas, con mayor frecuencia en determinadas poblaciones, como los Amish.

La causa es genética, pudiendo ser resultado de una mutación cromosómica o génica.
Cuando se trata de una mutación cromosómica o genómica se ven afectados uno o más cromosomas, afectando por lo tanto a diversas características y constituyendo un síndrome, como los llamados síndromes de Merkel o de Down.

Cuando se trata de una mutación génica solo se ve afectado un gen, cuyo alelo dominante produce ese dedo extra. Se debe tratar de un gen que controla el desarrollo embrionario de las extremidades. Los embriones cuentan en un principio con manos y pies en forma de paleta y posteriormente parte del tejido se reabsorve para diferenciar los dedos. Errores en dicho proceso puede formar los dedos extra o también la formación de dedos unidos (sindactilia).

En otros animales 

Además de en humanos y perros también aparece en otras especies como en gatos y

gallos. Esto quiza indique que el gen  correspondiente que controla el desarrollo embrionario se ha mantenido en la evolución de los vertebrados.

Estos genes controlan el desarrollo y por lo tanto la expresión de otros muchos genes. Se conocen como genes homeóticos, genes homeobox o genes Hox, y tienen una importancia fundamental en la evolución,  al poder generar a través de una sola mutación cambios sustanciales como la duplicación o desaparición de estructuras completas, como la reducción en el número de dedos de las patas de los caballos.