Lavoslav Ruzicka y las hormonas sintéticas.

Hoy se cumplen los 40 años de la muerte de Lavoslav Ruzicka, químico croata-suizo que recibió el premio Nobel de química en 1939.

Recibió este prestigioso premio por sus estudios, en los cuales consiguió sintetizar en su laboratorio las hormonas masculinas androsterona y testosterona a partir de colesterol.

Las hormonas esteroides

Los esteroides son un grupo de moléculas orgánicas,  pertenecientes al gran grupo de los lípidos, que tienen en común una base estructural formada por cuatro anillos  de carbono.

Entre los esteroides se encuentra el colesterol, que es un componente de las membranas celulares de células animales, y por lo tanto muy común y abundante, las sales biliares,  que intervienen en la digestión de las grasas, la vitamnina D y las hormonas esteroides.

La mayor parte de las hormonas esteroides son hormonas sexuales, aunque no todas. Se agrupan en 4 grandes familias:

• Androgenos, responsables principalmente de los caracteres secundarios masculinos (barba, vello, voz grave, mayor masa muscular...)
• Estrogenos, responsables principalmente de los caracteres secundarios femeninos (pecho, caderas anchas, grasa bajo la piel en muslos y caderas...) y del control del ciclo menstrual
• Progestagenos,  responsables de algunos de los síntomas premenstruales y de los cambios que se producen durante el embarazo y la lactancia
• Mineralocorticoides, responsables del control de determinados aspectos del metabolismo general del cuerpo.

La síntesis artificial de hormonas y sus aplicaciones.

Desde el inicio del siglo XX se habían estado ensayando los usos médicos de diversas hormonas, como la adrenalina (para reducir los riesgos durante operaciones quirurgicas) o la insulina (para tratar la diabetes). Pero en aquella época estas hormonas no se podían fabricar, se extraian y purificaban de extractos de glándulas animales o humanas.

La síntesis en laboratorio abría una puerta a la producción masiva y barata.

Las hormonas sexuales sintéticas se utilizaron en un primer momento como tratamiento hormonal sustitutivo para aquellas personas cuya enfermedad les impedía producirlas por ellos mismos.

A partir de los años 60 se empezaron a emplear los Estrogenos y Progestagenos sintéticos para controlar artificialmente el ciclo menstrual como método anticonceptivo, impidiendo que los ovarios pudieran producir óvulos. Era el boom de la píldora anticonceptiva.

Más o menos por la misma época empezaron a ensayarse el uso de hormonas sexual es para el cambio de los caracteres sexuales secundarios, iniciándose la era de los cambios de género. Gracias a esta hormonación artificial muchas personas geneticamnete hombres pudieron feminizar sus cuerpos, y un poco más tarde muchas otras geneticamente mujeres masculinizaron los suyos.

Uso y abuso de los esteroides

Como uno de los efectos de los androgenos, como la testosterona, es el aumento de la masa muscular, desde los años 40 y 50 se empezaron a utilizar en deportistas profesionales como un medio de aumentar el rendimiento deportivo.

No eran las primeras sustancias dopantes utilizadas en el deporte; ya se utilizaban antes la cafeína, efedrina, el éter, la cola, ... con efectos claramente nocivos, incluida la muerte de los deportistas en plena competición. Desde los años 30 empezaron a prohibirse el uso de estas sustancias.

Sin embargo, en un primer momento, el uso de hormonas humanas parecía que no suponía ningún riesgo, y además en aquella época era imposible de detectar.

Pronto empezaron a percibirse los peligrosos efectos secundarios de este uso de las hormonas esteroides, en el que deben utilizarse dosis elevadas: atrofia de los testículo en los hombres y desarrollo del vello y cambios en la voz de las mujeres, daños en el hígado y problemas cardiovasculares que pueden desencadenar infartos o ictus.... En los 70 se prohibió su uso y se contaba con los medios técnicos para detectarlo.

Si embargo hoy en día cualquiera puede comprar los llamados "esteroides anabolicos" y aplicarse uno o más "ciclos" sin ninguna supervision médica y ningún control de los riesgos. Una situación claramente peligrosa para muchos deportistas y culturistas no profesionales, y por lo tanto no sometidos a pruebas anti-doping.