La primera en mi poder, con 14 o 15 años, creo que fue la Campbell de Flora y Fauna de las costas de España y Europa, editada por Omega.
Y ahora siento una enorme curiosidad por saber cual fue la primera que poseyeron cada uno de mis compañeros y compañeras de carrera, de trabajo, mis alumnos y alumnas que se han dedicado a esto de observar la naturaleza, ya sea por ocio u oficio ...
Pero no era de esto de lo que quería escribiros hoy, si no de la primera guía de campo de la historia.
Roger Tory Peterson
Roger Tory Peterson, que murió hace ahora 20 años a la edad de 87 fue el primero en idear y dibujar una guía de campo.
Era un naturalista "de los de antes", de los que iban (y algunos todavía van) al campo armados de cuaderno y lápiz para dibujar y anotar todas sus observaciones.
Hay que entender que en la primera treintena del siglo XX todavía imperaban las antiquísimas
cámaras fotográficas de placas, unos auténticos armatostes caros y complicados con los que no era posible hacer fotos a animales en su medio natural. A finales de los años 30 empezaron a aparecer las cámaras plegables de rollo, con las que se podían disparar varias veces seguidas a una velocidad razonable ... pero a un precio prohibitivo.
En 1934, con tan solo 26 años, Roger Tory Peterson publicó una guía de bolsillo de aves de Norteamérica, con dibujos propios de cada una de las especies. Un tipo de libro, completo pero de reducido tamaño y peso, que nunca antes se había publicado. Las 2000 copias de la primera edición se agotaron en tan solo una semana.
La guía de campo, instrumento indispensable.
Las guías de campo se convirtieron muy pronto en una herramienta imprescindible para el naturalista, el biólogo de campo, el ecologista y el amante de la naturaleza. Y aunque hoy empiecen a existir aplicaciones para el teléfono que pretenden sustituir a la guía de campo en papel, creo que nada puede compararse a salir al campo guía en mano.
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