Challenger. Se desintegró a los 73 segundos de su décimo (y último) lanzamiento, muriendo así los 7 tripulantes que lo ocupaban.
Era este transbordador un vehículo espacial de la NASA "parcialmente reutilizable". Su diseño, contando con un "orbitador" con forma de avión, le permitía regresar a la tierra aterrizado en una pista de forma suave.
Los primeros vehículos espaciales de los años 50 y 60 eran módulos a bordo de cohetes de lanzamiento. Dichos módulos, sin forma aerodinámica alguna, tenían la misión de proteger a la tripulación durante el despegue, las operaciones en órbita y la reentrada en la atmósfera. Dotados de importantes paracaídas aterrizaban en tierra firme o en el mar, donde equipos de tierra debían rescatar a los astronautas o cosmonautas.
La mayor parte del vehículo se perdía en el espacio, quedaba en órbita de forma indefinida o se desintegraba en la atmósfera al caer de nuevo a tierra. Cada lanzamiento era por lo tanto enormemente costoso.
Con la llegada del programa de los transbordadores espaciales en los años 70 la cosa cambió, al recuperarse casi toda la nave. Para el lanzamiento el orbitador estaba adosado a dos depósitos laterales de combustible y uno central. Los dos depósitos laterales se desprendían antes de salir de la atmósfera y se recuperaban; igualmente el orbitador regresaba integro a Tierra tras la misión. Únicamente el depósito central se perdía y era necesario reponerlo en cada lanzamiento.
La NASA construyó 5 transbordadores (Columbia, Challenger, Discovery, Atlantis y Endeavour) y la URSS uno solo (Burán), que tan solo hizo un vuelo de prueba, debido a la situación económica y política en la antigua Unión Soviética.
Spacelab, en el módulo de carga del Challenger |
Endeavour se construyó tras el fatal accidente del Challenger en 1986. Posteriormente, en 2003, fue el Columbia el que sufrió un accidente fatal, desintegrándose en su reentrada a la Tierra y matando a su vez a sus 7 tripulantes. En 2011 se realizaron los últimos lanzamientos de los 3 transbordadores supervivientes tras 30 años de servicios de los transbordadores espaciales.
módulo soviético Soyuz |
En la actualidad tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea tienen proyectos para desarrollar una nueva generación de transbordadores u otros tipos de aeronaves recuperables, pero la falta de financiación de los gobiernos para estos proyectos hace que no sea probable ver un vehículo parecido al Challenger despegar de la Tierra en el futuro inmediato.
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