Homosexualidad animal.

Se han descrito comportamientos homosexuales habituales en unas 1500 especies de animales, con porcentajes de individuos que muestran este tipo de comportamientos que pueden oscilar entre el 8% y el 25% de las poblaciones. La mayoría de estas 1500 especies son mamíferos o aves, pero seguramente se deba a que son las especies más estudiadas. Incluso hay quien se atreve a afirmar que en no existe ninguna especie animal donde no se haya observado al menos en algún caso un comportamiento homosexual.

Pero no en todas las especies se encuentran comportamientos homosexuales en la misma frecuencia ni de la misma manera. Existe una variedad enorme, pero en un intento de clasificación no exhaustiva podríamos distinguir:

La homosexualidad juvenil como "escuela de sexo"

Se ha encontrado en pollos de muchas aves, por ejemplo flamencos, gaviotas, palomas..., y entre la mayoría de los mamíferos. Se trata de juegos entre hermanos o miembros inmaduros del mismo grupo, en los que se practican actividades de cortejo y cópula, donde los roles masculino y femenino se intercambian en ocasiones independientemente del sexo. Estos juegos, según va avanzando la edad hacia la madurez sexual, pueden terminar en ocasiones y según las especies en cópulas reales.

Entre los mamíferos en los que un macho mantiene un harén de hembras, es
frecuente que los machos jóvenes que no tienen acceso a esos harenes se agrupen en bandas en las que practican la homosexualidad. Cuando estos machos alcanza la edad y la fuerza para hacerse con su propio harén abandonan estas prácticas. Se ha descrito en lobos y perros, ciervos, búfalos, carneros, leones ...

La homosexualidad juvenil en la búsqueda del sexo opuesto

Muchos delfines forman bandas de machos jóvenes para buscar y acosar hembras.
Cuando los delfines consiguen encontrar pareja y forman sus propios grupos sociales con machos y hembras, van abandonando paulatinamente los comportamientos homosexuales, aunque en algunos casos se mantienen entre los machos del grupo.


La función adaptativa de este tipo de homosexualidad es tanto de formación y entrenamiento como de reforzamiento de los lazos sociales.

La homosexualidad jerárquica

Entre las hienas la homosexualidad está generalizada. Las hienas mantienen una

jerarquía (como otros muchos animales que viven en manada). La jerarquía se mantiene no mediante peleas, como es frecuente entre otras especies, si no mediante montas: el que es capaz de montar a un congénere se convierte en su superior jerárquico. Esto ocurre tanto entre machos como entre hembras, de forma que existen en la manada machos y hembras dominantes (y estas últimas dominan sobre los primeros).
Los buitres mantienen también una jerarquía social a través del comportamiento sexual, pero en este caso todos los miembros del grupo, tanto machos como hembras, participan en la jerarquía.

Entre los ciervos se han encontrado comportamientos homosexuales jerárquicos entre machos, de forma que un macho dominante monta a machos jóvenes para indicar que no tienen acceso a su harén de hembras. Se han encontrado conductas similares en algunas especies de mosca.

La homosexualidad y la bisexualidad como "pegamento" social

La mayor parte de los elefantes, tanto asiáticos como africanos, son bisexuales. Los comportamientos de cortejo (abrazos con la trompa, empujones) y la cópula se puede observar tanto en parejas de ambos sexos como entre parejas de machos o de hembras.
Conductas similares se han encontrado entre los pájaros carpinteros.

Los bonobos resuelven todos sus conflictos y tensiones sociales mediante cópulas tanto heterosexuales como homosexuales, donde todos los miembros del grupo participan, estando entre los más promiscuos del reino animal. Comportamientos similares, aunque menos generalizados, se encuentran en prácticamente todos los simios.

Se interpreta que este tipo de conductas son una adaptación ventajosa puesto que supone un reforzamiento de los lazos sociales que hacen que el grupo más cohesionado tenga mayores posibilidades de supervivencia.

Las parejas homosexuales que aceptan temporalmente un miembro del sexo contrario.

Cerca de un 20% de los patos mantienen relaciones heterosexuales y homosexuales en alternancia. Cortejan hembras al principio de primavera y las acompañan hasta que esta pone los huevos, momento en el cuál la abandonan para buscar una pareja masculina, con la que permanecen el resto de la temporada, mientras la hembra saca adelante sola a su pollada.

Entre los cisnes son muy frecuentes las parejas de machos. Estos machos pueden robar nidos con sus huevos que incuban y crían una vez salen los pollos de cascarón. En otras ocasiones forman tríos temporales con una hembra hasta que esta pone los huevos, momento en el que los dos machos expulsan a la hembra del nido para hacerse cargo en solitario de la incubación y la cría.

El caso contrario es el de algunas especies de gaviotas, en las que parejas de hembras adoptan machos temporalmente hasta que las fecundada para a continuación ser expulsados. Después ambas hembras de la pareja ponen sus huevos en el mismo nido que incuban y crían juntas.

Las parejas homosexuales que rechazan el sexo contrario

Se ha estudiado que un 8% de los carneros prefieren una pareja de su propio sexo, rechazando montar a hembras.


 Entre los pingüinos son frecuentes las parejas de machos que rechazan a las hembras. Estas parejas incuban piedras como sustitutivos de huevos y se mantienen unidad de por vida. No está nada claro que origen y que adaptación evolutiva puede suponer este comportamiento homosexual.








Especies animales en las que se han descrito comportamientos homosexuales:
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Animales_que_presentan_un_comportamiento_homosexual