Parte de su éxito evolutivo se debe a la capacidad tóxica de sus tentáculos, gracias a los nematocistos, unas células especializadas capaces de "inyectar" veneno directamente en su víctima. Cientos de estos nematocistos o cnidocitos se disparan cuando rozas un tentáculo.
Estos animales existen en dos formas: medusa y pólipo. Los pólipos viven fijos al sustrato de forma libre (anémonas de mar) o formando colonias (corales).
Medusas:
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Medusas más frecuentes en nuestras costas y su toxicidad.
Anémonas:
Corales:
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